lunes, 7 de febrero de 2011

Rapiñando las noticias
Si bien es cierto que una parte de mi trabajo es el periodismo, debo confesar que ciertas prácticas periodísticas me asquean bastante, y esto lo digo porque siempre me pareció una estupidez supina, el corporativizarse para defenderse de lo indefendible, como hacen muchos profesionales, empresarios, obreros, piqueteros o lo que cada uno sea.
Hoy vi en el noticiero de un canal de aire, una nota que daba cuenta de que un joven de diez y siete años, había entrado a robar a una casa del barrio de Núñez (Buenos Aires), y después de amenazar a la dueña de casa; una señora de unos cincuenta años, según se dio a conocer, a efectos de que no pusiera resistencia a la violación, porque serían ella o alguna de sus hijas.Finalmente, con la madre, concretó el hecho repudiable de portarse con instinto animal.
Pero me quiero referir a quienes cubren televisivamente la noticia, mostrando insistentemente la casa de la mujer violada, los detalles de puertas y ventanas, mencionando el nombre de la calle, mostrando el número de la casa, el auto estacionado dentro de la cochera, e incluso, sabiendo que se ve el número de patente.
¿Es necesario brindar todos los datos posibles para que la mujer violada sea inevitablemente reconocida por todo el mundo, y esa familia sufra el escarnio público que le han regalado entre ese animal que entró a su casa y la dirección del noticiero televisivo?.
A propósito, al delincuente lo encontraron, al otro día, en una plaza cercana drogándose. Trabajaba en un supermercado de la zona, quienes lo conocían dicen que siempre estaba como ido, medio distraído. ¿No nos habían dicho que el que tiene drogas para consumo personal no hace mal a nadie?.
El que consume drogas en su cas, sin vender , también forma parte de la cadena de comercializción, porque compra. Además, hay un porcentaje bastante considerable de accidentes de tránsito causados por gente que se droga pero es amparada por el estúpido argumento del “consumo personal”. Chocan o los atropellan cruzando.
Pero aquí se respetan los derechos humanos, por eso el pibe violador y drogadicto no tendrá condena y el "consumo personal" pasó a ser un mérito.
En el 83 pedíamos agritos un cambio a favor de los “Derechos Humanos” que la democracia podía garantizar. Hoy se ha bastardeado esa idea.