martes, 8 de marzo de 2016

SEPAN PORQUE

Por Raúl Oscar Finucci

Han pasado casi tres meses desde que Mauricio Macri asumió como Presidente de la República. Tres meses signados por la necesidad de recomponer la situación económica y la vocación golpista del kirchnerismo, que aún débil, es ejercida por pobres personajes de cuarta categoría, que llevan de a cuarenta personas a una plaza a hablar mal de todos menos de ellos, ni siquiera de sus traidores compañeros de otrora.
Cuando hablamos de la “arreglar la situación económica”, la gente, por lo común, tiende a internalizar que se trata de mejorar la economía de cada uno de nosotros, no sé si por la vía de ganar más dinero, sino de que éste alcance “hasta que las cosas mejoren” . Y ahí está el punto, porque sabe ud. querido lector, que las cosas van a mejorar, cuando el gobierno pueda solucionar la situación económica, que no es la nuestra, la del ciudadano, sino la de la Nación.
Si no se mueven los empresarios, el campo y aparece dinero en el tesoro vía préstamos internacionales, no habrá obras, no habrá subsidios ni préstamos personales. Por eso, aunque suene feo y nos sintamos postergados unos meses más, tenemos que esperar que se solucione la situación económica de los que generan trabajo y dejar de atacarlos, porque los multimillonarios pueden bajar sus persianas e irse a vivir a Ibiza o París, pero nosotros necesitamos que les vaya bién, para que generen más y más trabajo. Y no se trata de “beneficiar a los grupos concentrados” como dice la cantinela de los muchachos izquierdistas del IPhone y las vacaciones en Miami; se trata de la realidad. El campo debe ser beneficiado, porque así exporta y se beneficia el país, donde casualmente estamos todos.
Yo no he votado a Macri como voté al Dr. Raúl Ricardo Alfonsín en el 83, cuando necesitábamos ordenar las instituciones, salir de la noche negra de la dictadura y recuperar el espíritu democrático, cosa que el peronismo, en ese momento, tampoco podía garantizar.
Voté a Macri para que se termine el kirchnerismo, para que gobierne gente normal, parecida a uno, que no grite ni estupidice a los jóvenes con consignas perimidas en el mundo, y en el interior de cada uno de nosotros. No voté a Macri porque me deslumbrara su oratoria o sus conceptos políticos, no. Sabía que era un gerente, pero lo necesitaba, y después de todo ¿porqué no probar con gente que gestiona?. Los políticos que se fueron el 10 de diciembre se robaron miles de millones y dejaron el país sin un peso y peleado con los vecinos y los países centrales.
No voté a Macri porque pensé en Frondizi, como querían hacernos creer, lo voté porque quiero ver presos a todos los que nos robaron, incluso a la ex presidente y su familia, porque tengo la idea (siempre la tuve) que un hijo de un político corrupto, si es mayor de 18 años, puede comprender que el mundo de riqueza en que vive se formó con plata de la gente, de los padres de sus compañeros de facultad; con la plata del que está al lado suyo en la cancha o de esa persona a la que están bajando de una ambulancia en un hospital sin insumos, como quedaron muchos de  los de las provincias de nuestro país, especialmente de la de Buenos Aires.
Si puede comprender eso, debe ir preso también, de otra manera, ya mayor debió irse a vivir con dignidad y de su trabajo en otro lado.
Y así resumo lo que pienso de nuestro presente. Básicamente, como creo que mejor se entiende.
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