En el mes de julio se celebra el “Día
Internacional de las Cooperativas”, por ese motivo, y porque desde hace cuatro
años vivimos con mi familia en un pueblo de 2000 habitantes a ocho kilómetros
de Bragado, fui a una reunión que se hizo ayer en el Banco Credicoop de la
ciudad. Asistí junto a mi esposa porque se haría un brindis, después de las
palabras de un cooperativista (desconocido para mí) reconocido en el ambiente,
que viajó desde Buenos Aires para dar una interesante conferencia, pero antes,
se relaizaría un merecido homenaje a al Dr. Hugo Vera, mi primer amigo en el
pueblo, presidente de COOPMECH (la cooperativa de Mechita), e incansable
trabajdor por esa institución que era motivo de sus días, más que su profesión.
No podía faltar. Hugo murió hace seis
meses y lo extraño cada vez que transito el pueblo, en auto o a pie, porque nos
encontrábamos siempre, y siempre nos reíamos mucho y cuando mateábamos, en la
galería de casa o en mi estudio.
Soñábamos con armar una radio
comunitaria y tener un periódico para comunicarnos con el pueblo, porque
comunicarse con el pueblo es complicado, como explicaré oportunamente.
Llegamos cuando Cacho Sánchez estaba
terminando de hablar de Hugo, emocionado. Había algunas personas de la
cooperativa, incluso empleados.
El joven cooperativista que vino
desde Buenos Aires, hizo gala de la fluída forma de expresarse de los porteños,
algo que siempre he comentado, incluso con mis amigos de Bragado u otras
ciudades del interior.
La charla me pareció muy interesante,
realmente me sirvió para comprender más a Huguito (como yo lo llamaba), y su
entusiasmo por hacer y hacer para la comunidad.
En el discurso encontré solo una
expresión que me hizo ruido: “En los últimos tres años se recuperaron (por los
empleados), unas 70 fábricas…”. Lo que me hizo ruido fue que el conferencista
destacaba la recuperación pero no sabemos cuántas habían cerrado en la última década.
Terminada la alocución central, vino
el tiempo de las preguntas, en que tomó la palabra el presidente de la
cooperativa de 9 de Julio, quien se quejaba de que la gente no se acerca a la
institución y no tiene interés en participar, pero no se privó de llamar “gorila”
a quien no piensa lo mismo.
He acompañado a Hugo dos o tres veces
a reuniones en el Credicoop de Bragado, siempre fueron reuniones politizadas de
alta adhesión al gobierno y con el tratamiento que sabemos se le da desde el
ejecutivo a quienes no piensan como ellos. Conmigo o en contra.
Le dije una vez a Huguito que no se
enoje pero no iría más. Mentí, fui el viernes, no con él, sino por él.
Con respecto a la participación de la
gente en las acciones de la cooperativa, alguien sugirió que había que trabajar
en el sentido de pertenencia. Por eso queríamos la radio y el periódico. Pero
es cierto, como dijo otra persona, que la gente se siente cliente y no socia, y
eso es terrible.
Habrá que reunirse a pensar sistemas
de lo que en las empresas se llama “fidelización”, pero cada vez importa más el
“qué tengo distinto y mejor que el otro” y no la comunidad de acciones y
beneficios.
El cooperativismo funciona, me
parece, entre trabajadores desempleados, pequeñas comunidades o mini empresas
de gente conocida. Los pueblos, lamentablemente, están en “default”, para usar
un término más que actual.