martes, 12 de julio de 2011

Un mitin en el banco
No escapa a quienes me conocen, ya sea personalmente o a través de mi trabajo, que vivo desde hace algo más de un año en Mechita. Pueblo tranquilo –salvo cuando algún bobo escucha cumbia a todo lo que dá- de mil quinientos habitantes a tan solo diez minutos de auto de Bragado.
Este pueblo, “mi pueblo”, tiene electricidad gracias a la cooperativa COOPMECH, que hace ingentes esfuerzos por dar servicios como el agua potable.
La relación con el Banco Credicoop me pareció siempre my coherente, incluso he conocido, en el momento que se inauguró el museo de arte del pueblo, a uno de los directivos de la sucursal Bragado.
A esa ciudad nos dirigimos anoche, tres interesados vecinos, a una reunión que supuse sería relacionada al tema del cooperativismo, tan solo para conocer un poco la cuestión y para estar junto a los amigos que viven ocupados y preocupados por COOPMECH.
Un nutrido grupo de personas se congregó en la sucursal que el Credicoop tiene en la esquina de la calle Pellegrini, frente a la plaza y en diagonal a la iglesia.
Nos repartieron en cinco grupos, nos mezclaron (había gente de cooperativas de otros pueblos del partido) y nos dieron un apunte (que algunos ya tenían y habían leído) sobre la situación nacional e internacional de esta parte del continente americano.
No entendí mucho la relación entre las necesidades y padecimientos de nuestra cooperativa con el sostenido elogio a Evo Morales y al golpista Chávez, en esa lectura cuasi confusa, que se ocupó de Mauricio Macri comparándolo con la peste y el mal supremo. Yo no soy votante de Macri, pero un día después de la paliza que este le propinara al eterno perdedor de Filmus, me pareció, al menos, torpe. Era un reunión claramente oficialista, alevosamente devota de Cristina y su fallecido esposo; una versión local de 6,7,8 (programa de Canal 7), pero sin periodistas. Yo estaba confundido ¿cómo se nos invitaba a un mitin político en la sede de un banco?
Aclaro que la reunión no sirvió para nada, al menos para mi; porque no aprendí nada y me indigné con la metodología de la ofensa contra el que piensa distinto. Una señora dijo sobre el resultado de la paliza capitalina: “Esto demuestra que los de la capital no saben votar”. ¡La pelota! dije yo; esta gente no conoce las virtudes de la democracia. Tampoco daba para que yo explicara que hasta hace un año vivía en Buenos Aires y que caminando por la calle, la gente no parece muy tarada… que se yo, son todos casi como uno.
Pero al margen del humor que pueda yo expresar en éstas líneas, tuve que resistir casi tres horas de un discurso que solo cambiaba de boca y de silla, arremetiendo a cada cinco minutos contra Macri y ofendiendo al que piensa distinto. ¿De eso no se ocupaba el INADI?
Otro comparó a Roca con Macri y dijo que somos un país que siempre quiso ser europeo, porque nos creemos superiores al resto de América. Nunca fuimos parte de indoamérica o de la "América Morena", pero no fue una elección de quien esto escribe, fue una consecuencia y una cuestión étnica.
Había aguantado bastante y ya estaba como el pibe de la propaganda de Coca Cola que va a la tribuna de Brasil y hace un gol Argentina… colorado y por explotar. Afortunadamente, rápido comprendí que nada tenía que discutir con esas personas, porque el disenso no estaba en sus posibilidades de comprensión, ni en su ánimo.
Ninguna conclusión sobre el tema de la reunión, solo manifestaciones en contra de la derecha, de Macri, de los radicales y de los ignorantes que votaron el dia anterior por un candidato que no era el de ellos.
Afortunadamente no escuché la palabra “gorilas”, que es la expresión más “gorila” que conozco. Tal vez sean mas kirchneristas que peronistas, con lo cual, la boleta que utilizarán para buscar la reelección de Cristina, puede contener un error.