jueves, 7 de abril de 2011

La educación politizada
Discutiendo cierta vez, en un estudio de radio, con un analista político, acerca de las tomas de colegios por los estudiantes, le pregunté e mi enfervorizado interlocutor defensor del corte de calle, si además de acompañar a sus hijos en tan desagradable tarea, había asistido alguna vez a la cooperativa del colegio, para solucionar los problemas económicos que todas las instituciones del estado padecieron desde siempre, y no desde Macri. Y no voto a Macri, que quede claro, pero me molesta el ataque constante, ridículo y contraproducente del gobierno hacia su administración.
El efusivo analista político reconoció que no, que nunca había ayudado a la cooperadora.
Un tema.

Hoy por la mañana, viendo un noticiero televisivo, encuentro a un señor discutiendo con jóvenes participantes de la toma del Colegio Nacional Pellegrini. El señor, se había recibido en ese colegio en 1962, y decía que en otras épocas, el Pellegrini era sinónimo de excelencia educativa junto al Nacional Buenos Aires y que no podía ser que jóvenes de catorce o quince años, decidan quien debe ser el rector y quienes los profesores, recordando que en aquellas épocas de “gloria” para la educación pública, los alumnos acataban y estudiaban, y de esa educación salieron generaciones de probos profesionales.
Uno de los jóvenes, ante este discurso, solo pudo esbozar: “Lo hacemos porque… ¿usted sabe lo que pasó en “La noche de los lápices”?.
Otro tema.

Si seguimos viendo pasar generaciones de padres que bajo un supuesto progresismo, tal vez por no quedar como fósiles ante los demás, apoyan a sus hijos en vez de guiarlos, estamos mal. Y si los profesores que adhieren a este modelo se dedican a adoctrinar en vez de educar, estamos peor.

¿A qué venía lo de la noche de los lápices? Noche negra de un país invadido por su propio ejército, a partir del 24 de Marzo de 1976.
Ese argumento estúpido que esgrimió ese joven, es producto de un adoctrinamiento que tiende a colocar al que no piensa igual, en la vereda de la ultra derecha.
El peor de los escenarios.